Policía se hace de la vista gorda ante el auge de los plagosos limpiavidrios
La mayoría huele cemento, raya vehículos y ataca conductores que rechazan su «servicio»
Por Kelvin Alcántara
SANTO DOMINGO, R.D.
Se ha incrementado el número de agresivos jóvenes, de todas las edades, la mayoría huele cemento, haitianos y dominicanos, que se dedican a limpiar vidrios a vehículos que se detienen en semáforos en rojo.
Este peligroso escenario se observa en cualquier vía del Distrito Nacional o de las ciudades de la provincia Santo Domingo, especialmente en Santo Domingo Este, Santo Domingo Norte y Santo Domingo Oeste.
Estos peligrosos mozalbetes, algunos menores de edad, han vuelto a plagosear a conductores, especialmente a mujeres.
Casi siempre están hediondos, drogados por la inhalación de cemento, y quieren limpiar los cristales de vehículos a la mala.
Son molestosos, y sus principales blancos son los vehículos conducidos por mujeres o con cristales limpios.
Las quejas contra estos mocitos son constantes y frecuentes, llueven al granel y son rechazados por sus acciones violentas.
Casi siempre que un conductor, especialmente si se trata de una mujer, se niega a que los cristales de su vehículo sean “limpiados”, corre el riesgo de que el mismo sea rayado o apedreado.
La Policía no hace caso a las quejas de conductores, que son atosigados por estos violentos maleantes, que casi siempre lanzan esponjas sucias a los cristales, inmediatamente se detienen ante un semáforo con luz roja.
La mayoría de ellos son “viciosos”, adictos a oler el cemento utilizado para pegar zapatos, para drogarse, y acostumbran a amenazar a conductores que niegan a recibir “sus servicios”.
Desde la DIGESETT era dirigida por el general de brigada Frener Bello Arias, hoy mayor general retirado de la Policía, ese organismo no ha vuelto a perseguir a estos maleantes, limpiavidrios, que constituyen un estorbo para la sociedad.
Han vuelto a sonar
Los limpiavidrios han vuelto a sonar, luego que una joven fuera herida en la frente, por uno de estos maleantes que lanzó una piedra al cristal delante de su vehículo, porque ella no tenía monedas para pagarle por “un servicio” que no requirió.
La Policía, que se hace de la vista gorda ante los peligros que representan estos maleantes, ahora actúa por el escándalo que provocó la agresión de la joven mujer, olvidándose de que, primero, está para prevenir.