REFLEXIONES: Decídete, crees o no
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? Al recordar el Bautismo de Jesús, nos toca decidir si creemos o no en un Dios-Padre compasivo y misericordioso, siempre dispuesto al perdón y la bondad. Aquel que pasando por esta tierra haciendo el bien, sanando y curando a la humanidad de toda dolencia y rescatándola del dominio del mal, nos da un testimonio de amor.
Fray Romero Blanco, de los dominicos, nos recuerda que: “La presencia de Jesús, histórica, religiosa o espiritual, ha sido y sigue decisiva para millones de personas de todo el mundo desde hace dos milenios. Jesús sigue siendo percibido por muchos de nuestros contemporáneos como “Aquel que pasa haciendo el bien.”
Para los cristianos sus palabras, acciones y silencios, son luces en nuestro camino, por eso cuando somos bautizados con agua, establecemos una relación del bautismo que nos incorpora a la salvación ofrecida por Jesucristo, entrando a formar parte de la Iglesia. Es el sacramento principal y puerta de los restantes sacramentos, incluyendo la eucaristía, sacramento de pertenencia cristiana por excelencia.
El bautismo, está impregnado de un ardor especial, el que produce el Espíritu Santo. Quien nace del Espíritu Santo no nace de la carne o de la sangre, si no de Dios mismo. Bautizarse es volver a nacer, despertar a una nueva vida, a la verdadera vida. En el rito del bautismo morimos para nacer de nuevo. El Espíritu Santo es quien realiza todo el proceso.
El mundo nuevo que inaugura el bautismo de los seguidores conscientes de Jesús se construye con símbolos de vida, por lazos de comunión, por la defensa de sanos valores familiares, por el respeto a las creencias religiosas, por acciones solidarias, opciones formativas respetuosas con las pluralidades culturales, los sentimientos religiosos, las sensibilidades espirituales, la tolerancia hacia las minorías y el respeto al medio ambiente. El bautismo, es portador de la fuerza renovadora del Espíritu Santo.
¡Vivamos esta fiesta de la memoria del bautismo del Señor con alegría y esperanza!”
Víctor Martínez desea que en este nuevo año el Espíritu del Señor esté siempre con nosotros.
Hasta la próxima.