REFLEXIONES: Fanatismo religioso
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? Soy de los que considera que a nuestros hijos tenemos que educarlos en la fe y que debemos sembrar en ellos valores y principios cristianos, pero, debemos ser medidos, cuidadosos y juiciosos en el manejo de este tema.
Los padres no pueden educar metiéndoles miedo a sus hijos, vendiéndoles la idea de que por cualquier cosa terminarán en el infierno, de que Dios los va a castigar, de que es inconcebible que caigan en pecado, con unas exigencias radicales que al final ni ellos mismos cumplen, llegando sus hijos a sentirse decepcionados, engañados, por los adultos, que les exigen un comportamiento perfecto e inmaculado, cuando ni los padres, ni los pastores, ministros, ni curas, pueden llevar.
Muchos incluso quieren manejar la sexualidad de sus hijos, no en valores, sino bajo el terror del pecado, del infierno, del demonio. Son muchos los adolescentes que tocan las puertas muy confundidos, afligidos y llenos de conflictos, por sus masturbaciones, por sus inclinaciones sexuales, o por sus prácticas a destiempo, al extremo de que se desajustan emocional y mentalmente, afectando seriamente su autoestima, por la lucha interna creada por la educación de sus padres y lo que es la realidad.
Otros se ríen, cuando me dicen hacerles creer a los padres que son unos santos, y van a la Iglesia con ellos para complacerlos, sin embargo, se están acostando con los novios o novias y muchas cosas más.
Víctor Martínez piensa que debe abrirse esa brecha de confianza, aceptación, hacia sus hijos desde temprana edad, sin escandalizarse, ni juzgarlos por sus acciones, sino orientarlos y cuidarlos, muchos padres hacen el ridículo prohibiendo salidas, estableciendo edad para los amoríos, amenazando, predicando un comportamiento fuera de lo que es la realidad.
Es preferible establecer una relación de padres e hijos auténtica, sincera, honesta, sin engaños, ni ganchos, para luego castigarlos, donde tu hija te pueda decir que tiene novio, que la lleve al ginecólogo para planificarse, sin importar la edad o tu hijo te pida que le compres preservativos, todo esto sin meter a Dios de por medio.
Educa a tus hijos desde pequeñitos en la fe, siembra buenos valores, contribuye con crearles una conciencia ética, moral, de bien, pero déjalos tranquilos que actúen en consecuencia de lo que les ha enseñado y que aprendan con sus propios actos, teniendo la confianza de compartirlos contigo.
Dios bendiga sus hogares.
Hasta la próxima.