REFLEXIONES: “La lámpara del cuerpo es el ojo”
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Hola amigos, ¿qué tal? Me he sentido inspirado a reflexionar acerca de un tema tan antiguo, oculto, enigmático e importante como lo es el de la Glándula Pineal, porque sé que muchos de ustedes ignoran sus propios poderes, dados por Dios.
Tengo mucho tiempo leyendo, estudiando, practicando, conociendo y voy a usar como material algunos conceptos, para mí relevantes, de algunos grandes científicos y maestros en la materia, tales como el filósofo Francés Descartes, el Doctor Sergio de Oliveira, la escritora e investigadora Rebecca Van Winter, entre otros.
Es increíble que esa gran desconocida podría ser el vínculo de unión de todas las religiones. La misma que podemos ver en La plaza del Vaticano, en el báculo que portan los Papas, es el tercer ojo Hinduista, es la que conocían Mayas, Egipcios, Griegos, etc.
La Glándula Pineal es un órgano misterioso, poco explorado y muy pequeño, del tamaño aproximado de un garbanzo, al que el filósofo francés Descartes allá por el siglo XVII definió como El Asiento del Alma.
Rebecca Van Winter, describe la Glándula Pineal como el GPS de Dios. Tiene forma de piña pequeñita, segrega la hormona del crecimiento, muy importante en el desarrollo de la pubertad, posee influencia en el sueño” y poco más.
Hay un comentario más de Descartes que nos pone a pensar:
“La Glándula Pineal, es la unión de cuerpo y alma”, llevándonos a un mundo de conocimientos increíbles y unos experimentos más increíbles todavía.
Se conoce poco a nivel científico y más a nivel “MISTICO” porque todo esto del “Alma” “Misticismo” “Chacras” “Viajes astrales” o “Experiencias extracorpóreas”, suena a “cosas raras”, que tienen que ver con el más allá y esas “cosas” son temas muy prohibidos para muchos, que a mi parecer son de mentes muy cerradas y con creencias limitadoras.
Estos “Temas Místicos”, todos los hablamos, unos con mofa, otros con mucho respeto, pero a todos interesa. Ahora bien, Víctor Martínez sabe que hablar de ellos abiertamente me coloca en una posición de cuestionamientos, sin embargo, sin prejuicios ni ofensas, los invito a investigar acerca del tema.
Hoy me despido recordándote lo que dice la Biblia, en Mateo 6, “la lámpara del cuerpo es EL OJO”.
Hasta la próxima.
