Septiembre 25, prólogo de abril del 65
Por Augusto Alvarez
El 25 de septiembre de 1963, al juntarse la tripleta formada por la iglesia, la oligarquía y los militares, se hizo realidad lo que se estaba cocinando, tumbar al gobierno del presidente Juan Bosch.
Y puede asegurarse, ese fue el acontecimiento que sirvió de prólogo a la insurrección de abril de 1965.
Naturalmente, los sectores que se involucraron en el derrocamiento del gobierno constitucional del profesor Bosch, de no tener a los Estados Unidos antes, durante y después, nunca se habrían puestos de acuerdo, y volvieron a fundirse en un gran abrazo en abril de 1965, al producirse el desembargo de Estados Unidos, en el territorio nacional para salvar de la humillación al ejército, que precisamente diseñó y construyó el Tío Sam.
Muchas sangres de combatientes y muertes de valientes abonan la patria de los Trinitarios y Luperón, y sin embargo, la entrega y la dependencia no se detienen.
Y aunque no se esté en los tiempos de Alí Babá y los 40 ladrones, los tambores contra la corrupción y la rapiña continúan su agitado curso.
Éste es el escenario observable después del derrocamiento del gobierno del profesor Juan Bosch, así como de la revuelta de abril de 1965.
Y en cada abrir y cerrar de ojos, se observan a potenciales discípulos del líder fundador de los partidos Revolucionario Dominicano y de la Liberación Dominicana, y subproductos en roles protagónicos de corrupción.