Te amaré por siempre: La Adolescencia de Adán y Eva
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-IV-
Hola amigos, ¿qué tal? Como los sábados escribo para los adolescentes, no quise romper mi promesa con ustedes, e hice un cambio para conversar acerca de la adolescencia de esta joven pareja, Adán y Eva, de la que estamos narrando su historia de amor, así ustedes aprovechan el mensaje de hoy.
Adán fue un joven muy aplicado, educado, que se conducía muy bien en sus diversos ambientes, durante su adolescencia, era respetuoso con las chicas, estaba integrado al grupo juvenil de su parroquia y nunca consumió drogas, ni fumaba, ni tomaba alcohol. Cuenta que se burlaban mucho de él y lo rechazaban algunos, por no estar de acuerdo con las bellaquerías de sus amigos.
Adán nunca tuvo relaciones sexuales, ni era fanático de la pornografía, usaba las redes y los video juegos de manera muy medida, pues sus estudios siempre estaban primero.
Nunca se desenfocó, a pesar de perder a su único y adorado hermano, con apenas 11 años, pudo superarlo gracias a la presencia de Dios en su vida, nos dice Adán.
Eva era una chica muy tímida, siempre mantuvo mucho pudor en su forma de ser, de comportarse, de vestir, sus principios y valores cristianos siempre los tenía muy en alto, respetuosa con sus padres, estudiosa, excelente académicamente y de igual forma nunca tuvo relaciones sexuales, ni drogas, ni alcohol, ni nada que estuviera reñido con la moral.
Crecieron sin conocerse, con perfiles de comportamientos similares y como el agua busca su nivel, se encontraron e iniciaron un hermoso noviazgo, hasta casarse.
Nada de depresiones, ni desajustes emocionales, ni vivir amargados, una adolescencia sana, feliz y aunque Eva era fruto de un hogar con padres divorciados, cuenta que, aunque dolió, supo enfrentar la situación con la presencia de Dios en su corazón.
Víctor Martínez, deja a ustedes mis queridos jóvenes, dos modelos a seguir de jóvenes muy exitosos, gracias al estilo de vida que supieron vivir.
Dios los bendiga a todos.
Hasta la próxima.
