Te amaré por siempre: Las infidelidades de Adán
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–VI–
Hola amigos, ¿qué tal? Adán es un hombre bueno, pero fue vencido por su debilidad humana, las tentaciones lo llevaron a caer y serle infiel a su esposa.
Estaba cansado de tantos reclamos para con su madre, esto lo llevó a enfriar su relación con Eva, pero además se quejaba de que Eva peleaba mucho, siempre estaba mal humorada, cansada, le dolía siempre algo y nunca tenía deseos sexuales, en pocas palabras evadía la intimidad.
Fue entonces cuando se empezó a fijar en aquella compañera de trabajo que al verlo triste y preocupado le brindaba apoyo, lo invitaba a almorzar juntos, lo escuchaba desahogar sus penas. Se quedaban hasta tarde en la oficina, de vez en cuando una cervecita aligeraba el ambiente, hasta que empezaron los toques, abrazos, detalles, hasta verse envueltos en una relación muy acalorada, llena de pasión y mucha satisfacción sexual.
Llegar a la casa se convirtió en un infierno, pero era indiferente, me encerraba en mis trabajos extras hasta altas horas de la noche y al llegar a la cama ya Eva dormía siempre muy cansada.
Pensar en una separación era imposible, un escándalo familiar apenas a un año de matrimonio, el qué dirán, y otros aspectos que pesaban mucho.
Me preocupaba la indiferencia de Eva y cómo habíamos caído en una rutina de vida sin sentido; un día empecé a preguntarme qué piensa Eva, que siente, que hace, cómo llena su vida, que pinto yo en todo esto.
Víctor Martínez desea pedir hoy por aquellas parejas que no se comunican, que solo saben pelearse y ofenderse, que han perdido el deseo de estar juntos y ser como al principio: dos locos de amor.
Mañana hablaremos de qué está sintiendo, pensando y haciendo Eva.
Hasta la próxima.
