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Testimonio de vida, Dios siempre me habla

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REFLEXIONES…

Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?

Cómo no creer en Dios, si cada día que intento caer, me levanta con su mano poderosa. He comprobado una vez más el poder que tiene la oración y lo importante que es saber comunicarse con efectividad con el Señor.

Soy humano, me desanimo, y en ocasiones deseo abandonar, ¡qué difícil es llegar al corazón de muchos! Cuando se me cierran puertas, Dios me abre ventanas para respirar el único aire puro que solo el Espíritu Santo me puede dar, esto me ayuda a esperar con fe y con la seguridad de que Dios no me abandona.

En medio de la tempestad, cuando siento que los vientos están soplando muy fuertes, siempre aparece una voz que clama a mi favor para calmar mis penas, cuando las hay. Aclaro, penas que no intervienen con mi pasión de sentirme el hombre más feliz del mundo.

Esto me sucedió hace unos días, cuando le decía al Padre, Dios mío ten piedad y misericordia de mí, dame fortaleza para continuar luchando por tu causa.

Sonó el teléfono y mi amigo David Peláez me llamaba para decirme que pensaba en todo lo que pasaron los apóstoles cuando se fueron por el mundo a predicar la Palabra de Dios y que se acordaba de mí por el atrevimiento de lanzarme a un mundo tan extraño y lejano, desde donde estoy luchando por reclutar apóstoles que me ayuden con la fundación para cumplir esa misión que me he propuesto, de propagar la Palabra, servir a la gente y ayudar a las familias. Oh, Dios, gracias por usar a David.

Minutos más tarde me llamó mi hermana Matilde Farach, me decía cómo mis hermosos mensajes de amor inspirados por el Espíritu Santo tenían un efecto espiritual profundo en ella que la animaban a seguir adelante a pesar de sus penas y la enriquecían ayudándola y sosteniéndola en el día a día, que contara con su apoyo incondicional en todo lo que fuera necesario para cumplir esta misión. Después de un breve conversatorio con ella, quedé inmerso en un silencio profundo, en el que solo escuchaba a mi Señor.

Mi día se fue arreglando, la tempestad se fue calmando, pero me sentía inquieto hasta que recibí por WS, esta hermosa misiva:

“Buenos días. Gracias por alimentar y edificar mi espíritu cada mañana con sus mensajes. Cuando dijo hace unos meses que se quería retirar, se me paro el corazón y le dije Padre aun no estoy preparada para quedarme sin tu guía cada mañana y escuchó mis oraciones.

Siempre fui de ir a la iglesia. Mi casa materna está frente a una iglesia y desde chiquita asistía a todas mis Misas, fui Bautizada, hice mi Primera Comunión, Confirmación etc. Pero cuando me comenzaron a llegar sus mensajes estaba lejos de casa y un poco apartada de mi fe. Sus mensajes me ayudaron a encontrar mi camino en la oración nuevamente y la llama de mi fe volvió.

Agradezco profúndame su disposición para llevar la Palabra de Dios. En el futuro espero poder dar un aporte mayor, para glorificar al Padre y agradecer sus infinitas bendiciones. Mónica Ciprian.

Cómo Víctor Martínez no va a creer en Dios, si cada día me hace sentir uno de sus hijos predilectos, si me habla, si lo escucho, si me guía, si me ilumina, si me anima.

Bendito y alabado seas mi Señor, mi Padre, mi Jesús, mi Allah, mi Dios, te pido derramar en el corazón de quien está escuchando este mensaje en este momento, toda la paz que le haga falta, todo el amor que necesite, y toda la salud física, mental, emocional y espiritual. Glorificado seas por siempre, gracias por tu presencia siempre. Amén.

Este mensaje ha llegado a todos ustedes como cortesía del Arquitecto Marcelo Alburquerque.

Hasta la próxima.

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