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Los poderes del aceite

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Hola, amigos, ¿qué tal? Merahaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?

En las Escrituras con frecuencia se hace referencia a la unción, que a menudo se asocia con la bendición de los enfermos. Por ejemplo, en Marcos 6:13 leemos que los apóstoles “ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban”; y en Santiago 5:14 leemos: “¿Está alguno enfermo entre ustedes? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor”.

Ungir significa aplicar aceite o ungüento sobre la cabeza o el cuerpo de una persona. En la antigüedad, esto se hacía por varias razones: A veces era un gesto de hospitalidad o del aseo habitual. Los enfermos o heridos eran ungidos con aceite o ungüento como medicina; no obstante, también se llevaban a cabo unciones por razones sagradas. Por ejemplo, bajo la ley de Moisés se utilizaba el santo aceite de la unción (véase Éxodo 40:15). Los profetas ungían a sacerdotes y reyes y los enfermos eran ungidos con aceite como parte del proceso de sanar por fe e imposición de manos.

Actualmente en la Iglesia, el aceite de oliva que ha sido consagrado (bendecido por poseedores del Sacerdocio de Melquisedec) para fines sagrados se utiliza en diversas ceremonias sagradas, entre ellas la bendición de los enfermos.

¿Por qué se utiliza aceite de oliva más bien que otros tipos de aceite? En las Escrituras no existe ninguna explicación concreta al respecto, a pesar de que en las parábolas del Nuevo Testamento se utiliza el aceite como símbolo de la sanación y la luz (véase Mateo 25:1–13; Lucas 10:34). En las Escrituras la rama de olivo se suele utilizar como símbolo de paz, mientras que el olivo simboliza la casa de Israel (véase Jacob 5). El aceite de oliva también puede simbolizar la expiación del Salvador, ya que la oliva amarga, una vez machacada, produce aceite dulce.

La unción con aceite siempre ha formado parte de la religión verdadera y revelada.

Víctor Martínez te invita una vez más a usar los elementos de invocación divina, que en todas las religiones y creencias han sido siempre utilizadas para la purificación del alma y el cuerpo, tres gotas de aceite de oliva en un pequeño recipiente con agua y siete granos de sal marina con una vela empotrada en el centro del recipiente, y un pequeño incienso a su lado, te servirán para crear las condiciones idóneas para orar, meditar e invocar la presencia de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, despojando todo lo negativo que pueda existir en tu hogar y en ti.

Este mensaje ha llegado a todos ustedes como cortesía de la Fundación Vidas en Desarrollo.

Hasta la próxima.

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