ACTUALIDADNACIONALESRELIGION

Una hermosa historia de amor

  AYUDAME A SALVAR UNA VIDA  

 

REFLEXIONES…

 

 

 

Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?

Había una madre que había perdido a su hijo, lloraba y lloraba desconsolada, como me imagino que lloraría toda madre que ve partir a un hijo, antes de tiempo; el vacío, la tristeza, el dolor de una madre, que está viviendo un momento así es impresionante y solo ella sabe lo que guarda en su corazón.

Llega a visitar su tumba y la encuentra vacía, sin embargo, alcanza a ver dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de su hijo, me refiero al cuerpo de Jesús y a su Madre María. (Juan 20)

Es lo mismo que siente una madre que al visitar la tumba de su hijo, quisiera verlo, escucharlo, volver a tenerlo, pero no lo encuentra y debe irse con la tristeza de su pérdida, solo con el recuerdo y el amor que guarda en su corazón.

Tal vez alguien podría preguntarle a esa madre, ¿mujer por qué lloras?, como mismo se le preguntó a María, estoy seguro de que existen miles de repuestas para decirle a quien pregunte, por qué llora una madre que ha perdido a su hijo.

Pero María se limita a contestar: “Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto”. Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús, por eso le reclama, “Señor si tu te los ha llevado dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.”

Es ese el clamor de una madre que ha perdido a su hijo, “Señor donde te lo has llevado y por qué”. Es entonces cuando esa madre debe escuchar en su corazón la voz de su hijo que le repite una y otra vez, suéltame que debo subir al Padre, déjame ir que ya no soy de este mundo y estaré muy bien.

María entendió el mensaje: “Subo al Padre mío y tuyo, al Dios mío y tuyo”, y se quedó orando por tiempo hasta que fue llamada por el Señor para unirse en el cielo con su hijo.

Víctor Martinez quiere que, si tú eres una de esas madres que has perdido un hijo, reciba el amor de ese hijo que Dios va a derramar hoy en tu corazón y la paz que el Espíritu Santo te va a dar, y si tu hijo o hija está vivo, dale mucho amor, dale tiempo, comparte, que mañana podría no estar.

Este mensaje ha llegado a todos ustedes, como cortesía de nuestra hermana Matilde Farach.

Hasta la próxima.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba