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Hoy visité la Mezquita

REFLEXIONES...

 AYUDAME A SALVAR UNA VIDA 

 

 

Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsinz?

Si, una vez más visité la mezquita hoy, un templo un poco más grande que la Catedral Primada de América, en Santo Domingo, sin bancos para sentarse, muy alfombrado y bien decorado, lámparas imponentes, paredes preciosas y pude contar más de mil hombres postrados en oración.

Antes de entrar debía limpiar mis pecados, enjuagarme la boca, lavarme el rostro, manos, los antebrazos hasta los codos y los pies, esto en la midá o lugar para hacer las abluciones, de esta manera las impurezas quedan fuera del recinto sagrado, luego entrar al templo sin zapatos.

Cánticos y oraciones que yo no entiendo, pero como hablo el lenguaje del amor, el Espíritu Santo se encarga de ayudarme a interiorizar y vivir una experiencia maravillosa.

No encuentro imágenes que me inspiren, todos con sus rosarios turcos y yo con mi Santo Rosario pidiendo a la Virgen por mi país, por mis amigos y familiares, por los Miembros de la Comunidad de Amor que me apoyan, por quienes me piden oraciones y hasta por mis enemigos y quienes me murmuran y me juzgan, “bendícelos de manera especial a ellos Señor mío”.

Al encontrarme en un Templo tan diferente al de mi religión católica, me veo obligado a ver en mi interior, cierro los ojos y reviso ese mundo interior visualizando al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, a mi Madre María y todos los que me han acompañado a través de mi vida.

Es entonces cuando empiezo a proyectar la película de mi vida, hoy me vi nacer, compartí con mis padres, recibí a mi hermana al nacer y pude visualizar durante dos horas que permanecí en el templo cada momento de mi vida buscando la presencia de Dios, incluso en los momentos de pecado.

Mi Bautizo, mi Primera Comunión, mi Confirmación, mi institución de Ministro, mi ordenación de Diácono, los inicios de mis proyectos, la creación de mi familia, boda, nacimiento de mis hijas, y así continué hasta llegar al presente.

Pedí mucho por todo el que yo haya podido herir con mis actitudes, comportamientos o éxitos alcanzados, le dediqué un momento a quienes me han pedido oraciones en estos días y se los presenté al Señor y envié tantas energías positivas, tantas buenas vibras, tantas bendiciones para todos los que me escuchan cada día.

Todo esto, mientras cientos de hombres levantaban sus voces con sus cánticos y oraciones que elevaban mi alma y era entonces cuando comprendía una vez más que DIOS ESTÁ EN TODAS PARTES.

Al salir me sentía lleno de gozo, de paz, de esperanza, la sensación fue similar a cuando salí aquella vez de mi Cursillo de Cristiandad o de Emaús, sentía que caminaba entre las nubes, gracias al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo, a Allah.

Este mensaje ha llegado a todos ustedes gracias al apoyo recibido por nuestro exalumno muy agradecido.

Hasta la próxima.

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